lunes, 15 de febrero de 2016



¿Así de violenta es Suramérica? …sí y Venezuela mucho peor
Los periodistas europeos que asistieron hace 62 años a la XVI exposición de Arte Cinematográfico de Venecia, en septiembre de 1955, quedaron alarmados ante el panorama de violencia existente en Suramérica que mostró la película “Manos sangrientas” de Carlos Hugo Christiansen. Por lo que en un primer momento todos pensaron que eran exageraciones del Director, ya que consideraban imposible que existiese una realidad tan atroz, capaz de producir un derramamiento de sangre marcado por el salvajismo que producía –según el inventario de la matanza hecho en la película- un muerto cada dos minutos.
García Márquez quien cubría el evento para el diario El Espectador de Colombia, se encargó de ratificarles que eso en verdad ocurría en estas tierras tal cual se mostraba en la película que narra la fuga de 200 presos a través de una isla desolada e inhóspita, así  lo reseñó el Gabo en el reportaje “Día y Noche viendo buen cine”, publicado en el Volumen V de su obra periodística: De Europa a América.
Lo único que le faltó decir a García Márquez en aquél entonces es que esta realidad podría ser mucho peor, mucho más salvaje e inhumana, también le faltó decir que una violencia mucho más atroz podía instalarse fácilmente en un país democrático y rico en donde las huestes criminales hayan secuestrado el Estado y sus instituciones.
“Los europeos no entienden que se pueda matar de esa manera. Según ellos es una manera de matar que no se usa ni en la guerra […] cada evadido tiene una ametralladora que dispara contra sus compañeros  cuando ya han sido exterminados todos los guardias […]”
Cuenta García Márquez que el  jurado alarmado por el derramamiento de sangre se vio en la necesidad de cortar 50 metros de la cinta, esperando minimizar el impacto de la carnicería que se estaba exhibiendo, pese a ello “los europeos salieron de la proyección aterrorizados y escribieron comentarios  de protesta e incredulidad. “Asi es Suramérica”, les han dicho los brasileños. Pero los europeos están empeñados  en no creerlo.”
Lo que se muestra en la película “Manos sangrientas”, es un cuento más propio de la cotidianidad venezolana, perteneciente a nuestro día a día. Venezuela actualmente ocupa el primer lugar entre las 50 ciudades más salvajes del mundo, una condición que parece llevarnos a un viaje de regreso al pasado más incivilizado de nuestra historia, eso sí, bajo el auspicio del imperio del hampa que en momentos también es Gobierno, con toda las prerrogativas de su incapacidad.


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