viernes, 29 de enero de 2016




 Raymond Carver: Mi escritura no es minimalista
Mi escritura no es Minimalista, señaló en una ocasión el escritor Raymond Carver, “Claro mi escritura es austera y tiende a evitar cualquier exceso. Hay una sentencia de Hemingway que yo podría tomar como mi lema: “La narrativa es arquitectura. Y ésta no es la época barroca”. […] Los críticos usan con frecuencia el término  “minimalista” cuando hablan de mi narrativa. Pero esa es una etiqueta que me molesta: porque sugiere la idea de una visión estrecha de la vida, pobres ambiciones y horizontes culturales limitados. Y francamente no creo que ese sea mi caso”.

jueves, 28 de enero de 2016




LA SOCIEDAD DEL FRACASO
[…] esta sociedad “revolucionaria” no ha encontrado su camino. Ni con la descolonización ni más tarde ha logrado ser una comunidad moderna, dinámica, racional. Habiendo rechazado y destruido las estructuras del Imperio Español, no supo darse otras que fueran a la vez  estables y más o menos humanas. La historia del siglo XX prolonga la contradicción original de Latinoamérica. Sigue rebotando entre las falsas revoluciones y las dictaduras anárquicas, entre la corrupción y la miseria, entre la ineficacia y el nacionalismo exacerbado. 
 

Expone Carlos Rangel en su libro “Del buen salvaje al buen revolucionario”, donde indica que a la luz del progreso de las naciones del mundo, la historia de Latinoamérica es la historia de un fracaso: “[…]un inconcebible psicoanálisis colectivo de los latinoamericanos para que Latinoamérica pueda mirar de frente las verdaderas causas del contraste entre las dos Américas, (la del Norte y la del Sur). Es por esto que aunque sabiéndolo falso, todo dirigente político latinoamericano está obligado a sostener que nuestros males encuentran su explicación suficiente en el imperio norteamericano, el claro que ha existido y existe todavía, pero se produjo como una consecuencia y no una causa de nuestra impotencia. Como dice Schumpeter, hasta el robo, por moralmente odioso que sea, plantea el problema del origen de la fuerza del ladrón y de la debilidad de su víctima”.

(Carlos Rangel / Del buen salvaje al buen revolucionario)

"La mentira se instaló en nuestros pueblos casi constitucionalmente. El daño ha sido incalculable y alcanza zonas muy profundas de nuestro ser. Nos movemos en la mentira con naturalidad...De ahí que la lucha contra la mentira oficial y constitucional sea el primer paso de tota tentativa de reforma"



 ¿REVOLUCION?
"La [verdadera] revolución -que bajo nombres diversos se agita e impulsa al hombre desde el alba histórica- quiere liberar al hombre de los mitos que lo oprimen, para que sea con toda plenitud...; mientras que la propaganda busca adueñarse de la criatura..., alterar al hombre, alienarlo de sí. Afirma que es con el fin de promover la Revolución o de defender la libertad, pero su cumplimiento consiste en paralizar al hombre, en poseerlo y esclavizarlo" 
(Héctor Murena)

viernes, 15 de enero de 2016




 

Dostoievsky  leía periódicos para alimentar sus historias

 

El periodismo y todo lo que representó la temprana aparición de este género técnico-narrativo en la época del escritor ruso Fedor Dostoievsky, sirvió como leit motiv para escribir muchas de sus historias. Se sabe que era un devorador de periódicos, al que consideraba que ampliaba su comprensión de la realidad por los sucesos que encarnaban sus hojas llenas de noticias de crímenes, que el consideraba como síntomas de una decadencia enferma de la época.
Tras publicar su célebra novela “Crimen y Castigo”, una vez se enteró por los periódicos que algunos homicidas habían copiado el patrón criminal de su protagonista Raskolnikov, cometiendo asesinatos semejantes al del personaje, Dostoievsky se puso colérico por consideras que la vida estuviera imitando al arte, ya que eso demostraba lo que él denominó “realismo fantástico”, presente en sus novelas y que las aproximaba –al deseo que tiene todo autor por su obra- a la corrientes profundas de la vida.


George Orwell y el antitotalitarismo
 


 "Rebelión en la Granja", es una novela de George Orwell -autor de 1984 la novela sobre el Gran Hermano-,  en ambas desarrolla su gran tema: la denuncia del  régimen totalitario comunista ruso de Stalin, caracterizado por la monopolización del pensamiento, la anulación de la verdad y el imperio de la mentira y la manipulación para mantenerse el poder –cualquier parecido con la realidad venezolana actual, sabemos es pura coincidencia-.
Liderados por el cerdo Napoleón quien les promete el fin de la esclavitud, los animales toman la granja y expulsan a su propietario el señor Jones. Todos aprueban unas leyes de convivencia que pitan en pared y cada noche  -mientras los demás duermen- los cerdos agregan palabras en su contenido para su propio beneficio.

Napoleón y su camarilla impone una red de espionaje y de sometimiento, pronto los animales que se rebelaron buscando la libertad se ven sometidos a un régimen de esclavitud y temor jamás vividos durante la época de Jones. Napoleón expulsa a Snowball , el primer disidente de la revolución por reclamar las injusticias cometidas contra los otros animales y condenar la vida privilegiada que llevaban los cerdos;  lo que sigue después –es una serie de patraña y acusaciones donde todo aquél que no sea favorable al régimen de Napoleón y sus secuaces es acusado de conspirar con Snowball.  Algunos son acusados de conspirar por  haber soñado con él.



“Las tres gallinas, que fueron las cabecillas del conato de rebelión a causa de los huevos, se adelantaron y declararon que Snowball se les había aparecido en sueños incitándolas a desobedecer las órdenes de Napoleón. También ellas fueron destrozadas. Luego un ganso se adelantó y confesó que había ocultado seis espigas de maíz durante la cosecha del año anterior y que se las había comido por la noche. Luego una oveja admitió que hizo aguas en el bebedero, instigada a hacerlo, según dijo, por Snowball, y otras dos ovejas confesaron que asesinaron a un viejo carnero, muy adicto a Napoleón, persiguiéndole alrededor de una fogata cuando tosía. Todos ellos fueron ejecutados allí mismo. Y así continuó la serie de confesiones y ejecuciones hasta que una pila de cadáveres yacía a los pies de Napoleón y el aire estaba impregnado con el olor de la sangre, olor que era desconocido desde la expulsión de Jones”.

martes, 12 de enero de 2016






LA IZQUIERDA SE HA PROSTITUIDO
En su momento lo dijo el filósofo francés Jean Baudrillard, estamos viviendo el fin de la representación que es el simulacro, algo que pretende emerger más real que la realidad por medio de su producción inmaterial. Por lo tanto, para Baudrillard lo esencial ya no es ser representativo sino tener la capacidad de conectar, la derivación del esquema de redes en todos los ámbitos: el medio, la palabra, el discurso, la imagen y lo repetitivo. Recurrir al efectismo, como los buscadores de milagros en la edad Media, a eso se han dedicado los políticos con desesperación. Y los políticos que dicen militar en la izquierda no escapan de eso.
Veinte años antes, su compatriota Guy Deboard –una especie de profeta sobre el comportamiento de la sociedad del futuro- predijo los paradigmas que se habían inaugurado tras la irrupción de la sociedad de consumo de masas, derivada, en cierta medida, del discurso Mass Mediático y del artificio de la información, a esa la llamó: “La Sociedad del Espectáculo”.
Un poco más acá los pensadores franceses vuelven a enarbolar la bandera de la sensatez; ahora es la figura del polémico filósofo Michael Onfray, quien sostiene que la izquierda se ha prostituido. “Entre izquierda y derecha se da un contubernio”, una especie de concubinato, que deja a los electores frente a lo que él denomina: La alternativa única. “Es cuando izquierda y derecha no se distinguen por sus actuaciones políticas”. En su opinión la izquierda se ha prostituido al imitar las mismas prácticas de populismo decadente de los gobiernos liberales, dar limosna para tener contento a los pobres. Considera que la izquierda –para sobrevivir como política alternativa en el siglo XXI - debe renunciar a su fascinación por el totalitarismo: Cuba, Norcorea, China e Irán. “Un sistema político no puede funcionar por el resentimiento, lo que en su consideración vienen haciendo los gobiernos de izquierda, porque ya no tienen nada que ofrecer.