Raymond Carver reinventado
El
nombre de Gordon Lish no es ajeno a ninguno de los vehementes seguidores de la
narrativa del cuentista norteamericano Raymond Carver. ¿La razón? Gordon Lish
no sólo fue el editor que llevó a la fama la literatura del cuento carveriano,
sino que para quienes han estudiado comparativamente la obra de Carver,
encuentran en Lish el reescribidor, el repulimentador de esas historias, su
reelaborador, el hombre que lo inventó.
A primera
vista dicha argumentación sonaría como algo muy sórdido, que deja a Raymond
Carver en el papel de escribir sendos manuscritos poco trajinados y con mucho
material de sobra, mucho spam literario, de los que se encargaría Gordon Lish
de reescribirlos magistralmente, tal como lo hizo, entregándole así al público
lector, una narrativa del cuento norteamericano considerada una de las más
importantes y trascendentes del siglo XX.
La siguiente imagen muestra un texto sobre su presentación como escritor, escrito por Carver que también conoció la enmendadura de Lish.
Si Carver
sólo entregaba a su editor estrella la materia prima de sus cuentos, y éste
como si fuera una gran fábrica manufacturera procesaba el material y lo
convertía en preciosos artículos literarios que tenían notable éxito en el
mercado, es algo de lo que ya desde hace rato viene ocupándose la crítica
estadounidense tan pertinaz y subyugante a la hora de enfrentar lo que en un
primer momento pareciera se trata de un conflicto ético del escritor frente a
sus lectores.
De
hecho en ciertos ámbitos literarios Raymond Carver ha dejado de ser llamado Raymond
Carver, para ser nombrado como Raymond Lish, una manera que ha descubierto la
posteridad para colocar al escritor y a su editor en la misma balanza.
La
controversia sobre una supuesta coautoría Carver-Lish, surgió en el año 2009, Library of America publicó Raymond Carver: Collected Stories, un
libro donde se condensaron casi todos los cuentos de Carver, y muchos fueron
publicados en la versión original del autor, sin pasar por el tamiz de su editor
Gordon Lish.
En
un artículo sin firma publicado en el New Yorker en torno a esta polémica se
apuntó lo siguiente sobre la edición de los cuentos de Carver por parte de su
editor: “Lish, […] no sólo cortó más de la mitad del manuscrito original, sino
que además cambió varios finales y otros cuantos títulos, y añadió palabras u
oraciones completas. Tras la lectura de Beginners
podríamos decir que What We Talk About
Whe We Talk About Love (1981) es, en cierto sentido, una coautoría
Carver-Lish. La polémica es ineludible porque trata sobre un libro fundamental
dentro de la bibliografía del escritor: a partir de ahí no cupo duda de que
Carver es uno de los grandes.
La
anunciada entrega de una edición de todos los cuentos de Raymond Carver en su
versión original, sin la intervención de la mano mágica de Gordon Lish, es una
publicación que se está a la espera, será una oportunidad de releer al genio de
la simplicidad, de la composición lineal inconmovible en lo emocional, que
siempre desechó usar metáforas hiperbólicas para dramatizar sus textos con una
carga emotiva, como es la literatura de Raymond Carver, tan precisa y fría como
un bisturí, lo que será también una manera de que esa nueva lectura nos
revele una vez más la genialidad de este autor y su forma de narrar con su impecable matemática que le otorgó el uso de la palabra precisa.
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