El Duelo
El lugar común nos
dice que el duelo es el proceso
psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia, muerte o abandono, frase que te va a repetir
todo el mundo, sobre lo que vas a leer en las redes, en frases de los pods, y
encontrarás en cada lugar donde se cultiven esas respuestas empacadas de
inteligencia fácil, supina, ligeras, remitentes al cliché.
Desde sus
orígenes la palabra duelo nos revela que se trata de algo mucho más profundo,
riesgoso y vital. Derivada del latín “duellun”, que significa combate entre
dos, de allí pasó a ser un código verbal de guerra.
Combates contra
tu propia sombra, donde ya no ilumina la esperanza, se asume el duelo cuando, precisamente,
se acaban las esperanzas, es algo que muere para nosotros mismos, aunque en ese
momento te extrañe que en el mundo las cosas sigan su curso cotidiano,
y mires con asombro que aquello que ayer te asombraba con solo nombrártelo, que
algunos lugares propietarios de tu emoción, y que pueblan los detalles de tu biografía
sentimental, pese a tu duelo, siguen existiendo lejanos e
indiferentes de tu espantosa soledad. Porque el duelo es tu lucha con tu
reflejo interior en el vacío, como el boxeador que pelea con su propia sombra,
y que derrotarás cuando tú lo decidas.
En una de sus
narraciones extraordinarias el escritor Jorge Luis Borges, cuenta la historia de
un hombre a quien muchos años atrás había ofendido, y una noche mientras dormía,
entró a su casa y fue acorralado por su vengador en su habitación, al estar
frente a él, con su arma en la mano el vengador lo sentencia, Borges usted está
perdido no tiene alternativa, ya no podrá escapar, y Borges le contesta, si
tengo una: Despertar.
Y así lo hice,
escribe al final.
La vida es sueño,
es un poema de Pedro Calderón de la Barca, fue uno de los libros de cabecera
del filósofo Arthur Schopenhauer, el autor del Mundo como Voluntad y Representación,
considerado por los eruditos como el genio que reveló a la filosofía la
arquitectura esencial del Universo. Schopenhauer, solía citar de ese poema la
frase: Pues el delito mayor del hombre / es haber nacido, para simbolizar en el
contexto de su estética existencial el sentido del drama, la culpa y lo trágico
de la vida humana.
Quizás la vida sea
un sueño, entre sueños, y no vivimos en uno sino en decenas de ellos, guiados
por la mano de nuestra fantasía, allí nos remiten nuestros afectos y sentimientos,
donde cada duelo es un despertar que todos hacemos en algún momento.