Adio Umberto
Mucho pudiera escribirse sobre
quien fue uno de los más importantes semiólogos del Siglo XX, el filósofo y
ensayista italiano Umberto Eco, quien
nos dejó hoy a la edad de 84 años.
Umberto Eco se catapultó a
la fama en las aulas universitarias con ese libro que a todos los estudiantes
de comunicación social nos hacía tanta resonancia en los primeros semestres: “Apocalítico
e Integrados de la cultura de masas”.
Posteriormente y luego de
una muy dilatada carrera en el campo de la semiótica y publicar por lo menos
media docena más de libros académicos, Eco incursiona en el mundo de la
narrativa ficcional con su primera novela: “En nombre de la Rosa”, la cual gozó
del respaldo del público lector y de la crítica, éxito que terminó siendo
llevado al cine por la industria hollywoodense. Luego seguiría una sucesión de
libros de ficción como el "Péndulo de Foulcault" –que alcanzó igual éxito que el
nombre de la rosa-, después publicó otros títulos literarios demostrando no
sólo lo complacido que se encontraba con el género sino aportando en cada texto
una perspectiva narrativa meticulosa en el detalle como si imitara la
estructura de la novela policial y una innovación en el planteamiento de la
trama, en esa se inscriben “La Isla del día de Antes”, “La misteriosa llama de
la reina Loana” y “El cementerio de
Praga”, entre otros.
Cuando murió el escritor argentino
Ernesto Sábato, escribí a un amigo que siempre había sido su devoto lector
dándole el pésame porque cuando muere un
escritor al que uno ha seguido de forma dilatada su literatura, una literatura
que ha resultado en sueños, puntos de vistas, revelaciones, compañía, y el goce
y la plenitud de las metáforas, es como si uno perdiera un amigo íntimo, una
voz que nos ha acompañado en el silencio de revelarnos sus textos. Hoy su
muerte hereda ese sentimiento de que hemos perdido ese algo incierto que nos
acompañaba entre las páginas , como esa estructura ausente que su semántica
logró definir. Los libros de Umberto Eco me han acompañado por más de 20 años,
con él sentí una cercanía cómplice la sus textos desde donde me reveló el
compartimiento de una lejana amistad.
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