martes, 29 de enero de 2019





El Duelo


El lugar común nos dice que el  duelo es el proceso psicológico que se produce tras una pérdida, una ausencia,  muerte o abandono, frase que te va a repetir todo el mundo, sobre lo que vas a leer en las redes, en frases de los pods, y encontrarás en cada lugar donde se cultiven esas respuestas empacadas de inteligencia fácil, supina, ligeras, remitentes al cliché.

Desde sus orígenes la palabra duelo nos revela que se trata de algo mucho más profundo, riesgoso y vital. Derivada del latín “duellun”, que significa combate entre dos, de allí pasó a ser un código verbal de guerra.

¿Pero con quién combate quien tiene un duelo? Contra sí mismo, contra la ausencia, lo que ya no está, revelado en el espejismo de lo perdido y, contra una profunda distorsión del tiempo, porque se pasa a creer que el sentimiento de lo perdido es eterno, y nada lo es.

Combates contra tu propia sombra, donde ya no ilumina la esperanza, se asume el duelo cuando, precisamente, se acaban las esperanzas, es algo que muere para nosotros mismos, aunque en ese momento te extrañe que en el mundo las cosas sigan su curso cotidiano, y mires con asombro que aquello que ayer te asombraba con solo nombrártelo, que algunos lugares propietarios de tu emoción, y que pueblan los detalles de tu biografía sentimental, pese a tu duelo, siguen existiendo lejanos e indiferentes de tu espantosa soledad. Porque el duelo es tu lucha con tu reflejo interior en el vacío, como el boxeador que pelea con su propia sombra, y que derrotarás cuando tú lo decidas.
En una de sus narraciones extraordinarias el escritor Jorge Luis Borges, cuenta la historia de un hombre a quien muchos años atrás había ofendido, y una noche mientras dormía, entró a su casa y fue acorralado por su vengador en su habitación, al estar frente a él, con su arma en la mano el vengador lo sentencia, Borges usted está perdido no tiene alternativa, ya no podrá escapar, y Borges le contesta, si tengo una: Despertar.
Y así lo hice, escribe al final.

La vida es sueño, es un poema de Pedro Calderón de la Barca, fue uno de los libros de cabecera del filósofo Arthur Schopenhauer, el autor del Mundo como Voluntad y Representación, considerado por los eruditos como el genio que reveló a la filosofía la arquitectura esencial del Universo. Schopenhauer, solía citar de ese poema la frase: Pues el delito mayor del hombre / es haber nacido, para simbolizar en el contexto de su estética existencial el sentido del drama, la culpa y lo trágico de la vida humana.

Quizás la vida sea un sueño, entre sueños, y no vivimos en uno sino en decenas de ellos, guiados por la mano de nuestra fantasía, allí nos remiten nuestros afectos y sentimientos, donde cada duelo es un despertar que todos hacemos en algún momento.




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