Sentido común
Leyendo a Pessoa descubro que en lo personal, a medida que pasa el tiempo y
éste se hace más angosto, voy encontrando elementos e ideas comunes que me
identifican con él. Al igual que Pessoa, he renunciado a la exigencia de querer
por obligación. Querer para mi es una elección, y como señaló el poeta jamás
debemos querer por lazos filiales, herencia o amistad, mucho menos vecindad o
costumbre. Todos esos nexos para mi son ajenos, porque toda elección comprende
un acto de libertad.
Renuncio a la comprensión ajena, sentenció el poeta portugués, hoy
comprendo el celo de Pessoa, la compresión es algo que nunca viene solo, llega
junto a una arrolladora e inútil verborrea, palabra vacía, predecible,
repetitiva y quizás muy cursi, si hay algo a lo que temo mucho es a la
cursilería en cualquiera de sus facetas, tanto como al lugar común, porque no
hay nada mas aterrador que una persona cursi en el uso de la palabra.
Mis lealtades son como las de Pessoa, estrictamente literarias.
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