domingo, 25 de enero de 2015


Cosas sin importancia

Hay tantas cosas que han dejado de importarme que algunas son una imagen borrosa que no distingo lo que son, mucho menos lo que fueron.

Hay tantas cosas que han dejado de importarme, el pasado tan poblado de mitos con sus mares acuciantes de dragones de tantos mundos con rostros y soles sin nombre.

Hay tantas cosas que han dejado de importarme que a veces dudo haberlas vivido. Pienso en ellas como trailers de viejas películas, lejanas escenas, pequeños trozos de vagos recuerdos.

Hay tantas cosas que han dejado de importarme. El ayer, esos días sin su tibieza, con todas sus esencias muertas, sobrevolado por pájaros negros como un cadáver insepulto.

Hay tantas cosas que han dejado de importarme, lo que digan, lo que piensen, el saludo o la negación, estar o no en otras memorias. No soy actor de esta función de lo absurdo.

Hay tantas cosas cosas que han dejado de importarme, la presencia o el vuelo de una voz, incluso que me llamen por mi nombre. La ignorancia alcanzada al caminar por la calle  por los vínculos, sin ver nada más que gente vestida de sombras sin rostros.

Hay tantas cosas que han dejado de importarme, como saber que padezco del mal de alzheirmer en mis afectos,
incapaz de reconocer a quien quise o ame, a quien detesto u odié.

Porque cada día veo las cosas como si fueran la primera vez, desde la epifanía de un acto poético.

(Junio / 2015)







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