miércoles, 17 de diciembre de 2014


Sinopsis de la novela (es.united-pc.eu/libros/.../nunca-jamas-digas-la-palabra-felicidad.html)


Nunca Jamás digas la palabra felicidad
Nunca Jamás digas la palabra felicidad, narra la historia de una ciudad amenazada por la infelicidad, lo cual se convierte en pretexto del gobierno para iniciar una cacería de brujas basado en una presunta conspiración. Una ciudad que además ha dejado de serlo, o quizá nunca lo fue, porque es una no-ciudad, es decir un no-lugar, franja territorial de los acontecimientos, espacio fugaz de transición, donde todo está sujeto al orden de las cosas que nace de la simulación: “Si existe algo más real que lo real es su simulación,” Jean Braudrillard.
Una ciudad –como las cinematográficas- que existen únicamente para justificar los encuentros, el paso de un vehículo, la promulgación de una ley, o la existencia de oficina de correos, caso contrario, todo desaparecería, y nada más. Donde existe un gobierno que ha prometido a todos la felicidad, para lo cual hacen leyes que combatan la tristeza y los estados lánguidos. Se prohíben palabras vinculadas al desánimo. Y es el suicidio, y quienes lo promuevan, lo ejecuten, o simplemente mencionen esa palabra, los que son perseguidos como terroristas de Estado. A los suicidas se les borra del registro de ciudadanos, no pueden tener funeral, tampoco ser enterrados. Es una historia donde también concurren el desamor y la nostalgia.
El protagonista de la trama es el Comisario, quien al igual que el resto de los personajes carece de nombres; ellos existen sólo para representar transiciones de tiempo y espacio de la narración, eso lo que se le va revelando al lector, como de naturaleza efímera, una especie de historia sacada de una publicación de pull fiction de todo lo que concurre está marcado por la vaguedad de la realidad dibujada. La ausencia de nombres en los personajes, se contrapone a la referencia exacta del mundo de los objetos y sus marcas, que parecen ser más preponderantes que los sujetos mismos que las usan.
La madre del Comisario se ha suicidado, el servicio secreto la acusa de pertenecer un movimiento conspirativo, él a su vez recibe la orden de investigar los intríngulis de esa conspiración que al parecer ha generado una oleada de suicidios, pero secretamente él también es investigado de forma oculta y paralela, por sus propios subalternos, y estos a su vez por otros. El Comisario descubre que la felicidad es una farsa y que el gobierno es el mismo que alienta y promueve políticas secretas para mantener sumergida en la infelicidad a la población, promoviendo la escasez, la inseguridad, los malos servicios, la vulgaridad, las colas, la pobreza, el desempleo, la decadencia. Para que al final, todos anden a la búsqueda de los pequeños milagros que le permitan acercarse a la felicidad. Es así, como el Comisario descubre que la única política real existente es la de mantenerse en el poder. De esta manera, el Comisario terminará sin proponérselo, en el centro de una trama que como una vorágine, al final terminará envolviéndolo a él, conduciéndolo inevitablemente ante el abismo de su propia existencia.

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