Un lenguaje de Sol y Luna
Inventó un lenguaje solar para nombrar al
mundo, mientras que en la Luna escribía las variaciones de su Corazón.
De noche, miraba por la ventana por
donde se le escapan los sueños, un camino que por siglos había quedado
inconcluso donde a veces solía trabajar asistido por el asombro, porque cada
mañana el camino lucía igual que el día anterior, como si él, no hubiera hecho
nada; ignoraba que era un juego de imágenes y tiempo con el que se insinuaba la
eternidad.
Con los años descubrió que se trataba de
la abandonada ruta del olvido, que empezaron a construir en el principio de los
siglos los hombres obligados a transitar el abandono, un camino que él, ni
nadie nunca podrá terminar.
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