sábado, 28 de marzo de 2020


  Escribir en cuarentena


Hablo con un amigo escritor, me cuenta de escribir una novela con acento teológico, circunscrita a la Iglesia Católica, tal vez conmovido por un sentimiento del fin de los tiempos. Desea trabajar en ella estos días de cuarentena.

Le digo de mi escepticismo sobre ese tipo de novelas, porque es un tema muy trajinado, sobretodo por Hollywood. Requiere ser muy versátil y original, le hablo de dos -entre muchas- que tocan con exito el ámbito religioso pero de manera aleatoria: El nombre de la Rosa de Umberto Eco y Memorial del convento de José Saramago.

También le hablo de mi decepción con el evangelio según Jesucristo de Saramago -cuya obra admiro-, pero ese en particular es un texto que creo no merecía  su firma.
La irreverencia a veces no basta para novelar le comento a mi amigo.

Al final acordo colocar en el horizonte de su hoja en blanco, la posibilidad de una conjura gestada por la izquierda internacional y el narcoterrorismo en alianza con China para secuestrar la fe de occidente infiltrando al Vaticano. Como historia paralela, como narración en quebrada, va ainsertar algunas de las alucinantes descripciones de las visiones del reinado del anticristo que tuvo Juan en la isla de Patmos:
«La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.» Ap. 17:08.
No se si llegara a novela, pero un buen cuento podrá llegar a escribir con ese material. Esperaremos a ver que escribe, aunque con tantos anticristos nunca se sabe.

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